Carmena retira placas franquistas pero mantiene dos estatuas y una calle al Lenin español
El ayuntamiento de Madrid regido por Manuela Carmena, mantiene dos monumentos conmemorativos y una calle al Lenin español, Francisco Largo Caballero, en plena vorágine de cambio de nombres a 52 vías públicas de la capital y retirada de símbolos franquistas.
El centro de Madrid conserva en la actualidad una escultura en bronce frente a la sede del Ministerio de Trabajo en pleno Paseo de la Castellana-inaugurada por el ex secretario general del PSOE Joaquín Almunia en 1987, cuando era titular de la cartera de Administraciones Públicas- y una placa en bajorelieve en el edificio de la Junta de Municipal del Distrito en el barrio de Chamberí, instalada durante el mandato del alcalde socialista Enrique Tierno Galván.
La primera de ellas permanece a escasos metros de la Plaza de San Juan de la Cruz, donde se ubicaba, hasta 2005, una estatua ecuestre de Franco que fue retirada -tras más de 45 años instalada en la misma- por instrucción del Ministerio de Fomento, que ocupaba la socialista Magdalena Álvarez, tal y como entonces confirmaba la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, durante una cena homenaje a Santiago Carrillo.
Largo Caballero, secretario general de UGT y destacado miembro del PSOE cuando se declara la Guerra Civil, fue uno de los promotores del golpe de Estado de 1934. Agitador de masas, tomó la decisión de armar a las milicias populares que terminaban dando el ‘paseíllo’ a los discrepantes y a numerosos religiosos y militares.
Cartilla de racionamiento y Estatuto vasco
En uno de sus mítines de partido llegó a afirmar que “la clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la revolución”.
Meses antes del alzamiento del 18 de julio aseguraba que la Guerra Civil era inevitable “cuando el Frente Popular se derrumbe -anunció-, como se derrumbará sin duda, el triunfo del proletariado será indiscutible. Entonces estableceremos la dictadura del proletariado, es decir la represión de las clases capitalistas y burguesas”.
El Gobierno de Largo Caballero introdujo, además, en marzo de 1937, la primera cartilla de racionamiento que ha existido en España, aprobó la salida del oro del Banco de España -dirigido entonces por su camarada Juan Negrín- con destino a la URSS y apoyó la concesión del estatuto de autonomía al Gobierno vasco.